sábado, 17 de abril de 2010

Voy a ser sincero.


Me gusta abril. Me gusta la primavera. El viento cefio y la brisa fresca. Las tímidas caricias de los primeros rayos de Sol y el sentir de las gotas de agua heladas rodando por la piel. La liberación de los abrigos y de los jerseys. Poder llevar la camisa arremangada, unas gafas de sol y pasearme un rato por la calle. El sonido de un violín en la calle Corrida, en un día soleado. La sensación reconfortante de darme un chapuzón a las once de la mañana en la piscina frente al mar, salir a la superficie y poder decir "Dios, qué delicia".




Me preocupo repentinamente, pienso en el examen del lunes pero... ¡Ah, es verdad! por una vez, he empezado el trimestre con buen pie y he sido previsor. Me vuelvo a sumergir y vuelvo a salir, ahora más tranquilo. Con los brazos completamente empapados , me apoyo en el borde de la piscina, inspiro profundamente y después dejo salir el aire lentamente. La ciudad parece más bonita. Es una sensación indescriptible. Insuperable. No necesito más ahora mismo.




Por la mañana, me he quedado ronco de tanto reírme. ¿No es genial? Debo despertar de un letargo invernal, como los osos.




Me encanta estar de buen humor. Me encanta la primavera. Me encanta abril.

No hay comentarios: