sábado, 20 de febrero de 2010

De gustos, ideologías y creencias.


Bajo una maraña de hilos, se mueven los muñecos inanimados, que en ciertos momentos parecen tener vida. Al fin y al cabo, es lo que pretenden: simular que están vivos. Pero no. Y lo mismo se le podría aplicar a mucha gente que se presta a que muevan los hilos que articulan su vida, pareciendo (y siendo, realmente) un títere.


Sencillamente, la excusa perfecta sería: es que yo no sé qué hacer. Es cierto. Necesita que le organizen las cosas, que le digan lo que está bien y lo que está mal. Pero, ¿cuál es el punto? ¿dónde está el límite entre consejo y orden? Es difícil de establecer. El límite se establecería cuando se pasase más allá de lo que se debe recomendar. Del yo. Lo que denominamos " de libre pensamiento": los gustos, las ideologías y las creencias. De libre pensamiento, que tiene poco de "libre" últimamente. ¿Exagero? Creo que no.


Un buen número de personas son capaces de decir que creen en lo que no creen, que piensan lo que no piensan, que les gusta lo que no les gusta... o viceversa. Se pondrían un perro en la cabeza si alguien se lo ordenase. Ojo, no digo que no puedas coincidir con alguien en forma de pensar o etcétera. No. Digo de la aceptación y de no ser señalado como " el diferente". Estos son los títeres avergonzados: sienten que si dicen lo que piensan, les lloverán críticas. Lo comprendo bastante bien. La verdad es que hay que tenerlos bien puestos para decir " pues yo no". Pero es que el problema no es suyo, si no del resto. Y si no, comprueba: prueba a decir que no te gusta esto, que crees esto, que no piensas esto. A ver con qué cara te miran. Y no hace falta irse a Donosti y pregonar que no votas al PNV para que te miren mal. Con lo radicalizado que está todo, puedes salir escaldado en cualquier parte.


Es algo que me indigna. No poder decir, no poder expresarse. ¿A caso cambia algo que yo vote a éste, que yo crea ésto, que a mí me guste aquello? Pues al parecer sí: si no votas a Unión de Villavieja de los Condes, si no te gusta jugar al fútbol y si crees en la reencarnación de tu vecina, entonces te tendrían que cortar la cabeza. Son ejemplos inventados para no entrar en matices, pero en fin.
Conozco gente con la que no coincido en absoluto con sus ideas. Pero no por eso salto al cuello y me acuerdo de su madre. Es que no tiene sentido. Es un sectarismo tremendo. Pero en fin, debe ser que me lo imagino y que no escribo más que chorradas. Debe ser eso.

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