jueves, 25 de marzo de 2010

No tienes ni idea.


"Mis editores son subnormales perdidos. Si a las Páginas Amarillas le pongo unas tapas duras con mi nombre, me lo publicarían", dijo una vez Arturo Pérez Reverte. El tío a veces exagera y se pasa, pero otras tantas dice verdades como puños.


Lo del renombre viene siendo un problema. Miren:


Me levanto. Desayuno. Oh, si. Me ducho. You know, you know. Sueña que sueña la estrella. Me visto. Los pantalones son grises. Mi mamá me mima mucho. Si hubiese alguien igual que yo, me casaría conmigo mismo. Yes, yes. Hablo inglés con acento de las Bermudas y tú no: tengo un hipopótamo en casa que es el primer Doberman naranja del mundo. Salgo a la calle, aunque esta madrugada me electrocuté con la tostadora. Las miradas me siguen: soy famoso y extremadamente guapo. Tú lo sabes y por eso me quieres. Por eso te timo. Por eso. Mi casa es bonita. La lluvia moja. Fin: aplaúdeme, que sé hacer la o con un canuto.


A mí, sinceramente, me parece una bazofia: me parecería escrito por un crío de cuatro años. Lo cierto es que depende quien lo diga, todo cambia. Yo diría ¿pero qué..? Pues nada, señores. Que es lo que hay: que tú no tienes ni idea de lo que está bien. No eres un entendido, dicen. Así pasa en todos lados:


La cocina: en París, los restaurantes más selectos servirán trozos de madera de aquí a unos años. Escalope de caoba a cuarenta euros. Chuletillas de baobab a setenta euros. A sententa el gramo, obviamente.


En el arte: una meada de perro sobre lienzo es indiscutiblemente arte. Pepito los Palotes, autor de esta genial obra, está varios escalones por encima de Bernini, supera a Da Vinci y le da mil vueltas a Miguel Ángel. Por cierto, Miguel Ángel era comunista. Y si lo discutes, al paredón.


La música: una tía que berrea y unos "músicos" pegándole golpes a unas cañerías te deberían encantar. El nombre de este grupo es Jonny under the cat o The Váteres with a helicopter. Los Rolling Stones no pintan ná y los Beatles son los padres, como Los Reyes Magos. A ver si te enteras, guapín.


Arquitectura: cómprate una vivienda de cincuenta centímetros cuadrados y amuéblala a tu gusto. A una persona normal la empalarían (es un decir) por intentar vender una casa de muñecas al precio de un apartamento en la Gran Vía. Pero ¡ay! las cosas cambian: no si lo ha realizado un famoso arquitecto chino, llamado Chin Vewenza. Es de firma: su precio no puede ser inferior al medio millón de euros.

Internet: si no sabes escribir con cincuentamil haches y letras desiguales, haz las maletas. Lo mejor que puedes hacer para triunfar con doce años es ponerte de nombre en Tuenti LaH NiniAh ToAh XungAh o LaH PaNtEruKih dEr ZeBiYah y amenazar a medio barrio por privados. Hazte cincuenta fotos en el espejo. Cuélgalas, aunque sean todas iguales. Aunque estés anoréxica. Qué más da. Igual la reina de las chonis , LaH PaNteRuKiIh dEr ZebiyaH, te da una medalla.

No suelo escribir sobre esto, pero es que me ha superado: hoy, he visto uno de esos ejemplos. Lo peor de todo, es que no le faltaban fans. Hasta tenía unos cuantos que le plagiaban. Manda huevos, dijo Trillo una vez. Yo prefiero lo que dijo Fernán Gómez en otra ocasión: ¡ A la mierda!
P.D: está más interesante la entrada anterior. Solo escribí esto por si algún día me da por construir un búnker y nadie lo entiende. Buenas noches.

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