
Después de 24 días malviviendo a base de bocadillos, corriendo detrás de trenes, probando toda clase de cervezas y platos, conociendo a toda clase de personajes perroflautísticos y, sobretodo, pasándomelo genial por Europa, he regresado a casa. Ya era hora, me dicen. Necesitaré algún que otro día para dormir, ducharme en condiciones y no hacer nada (recalco el no hacer nada).
No se preocupen, que no va a ser esto lo único que comente sobre este viaje. No. Prometo volver con nuevas historias, anécdotas y demás cosas. Además volveré a escribir sobre viajes, si bien llevaba meses sin hacerlo.
Vuelvo a la actividad, al menos por un mes hasta que vuelva a marcharme. Qué remedio. Pero para qué engañarles: ¡tenía ganas!.
Vuelvo a la actividad, al menos por un mes hasta que vuelva a marcharme. Qué remedio. Pero para qué engañarles: ¡tenía ganas!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario