lunes, 22 de noviembre de 2010

Cucú, cantaba la hormona. Corren buenos tiempos, plenos y sencillos, pero buenos a fin de cuentas. ¿Sencillos? Bueno, todo depende del punto de vista desde el que se mire. Si tomamos por verdadero la definición de sencillez del capitalismo y tenemos en cuenta que solo tengo en mi haber unos 18 euros, más que sencillo sería pobre. Pero yo, que tiro más hacia las ideas nórdicas, creo firmemente en la teoría sueca que defiende tan bien Ikea: no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.

En estos momentos no necesito más que un paraguas para ir a la facultad. El martes me voy de compras. Tiembla Bill Gates.

No hay comentarios: