sábado, 21 de mayo de 2011

Qwaenifhjiubdhcuiqjiaskxxdakjfiert.

Creo que en estos dos días que vienen, voy a apagar el televisor a la hora de comer y voy a tener un poco de tranquilidad. Quizás ponga la radio, algo de música, pero lo más seguro es que coma a las carreras, porque me pasaré el fin de semana estudiando como un loco. De lo que estoy seguro es de que no voy a encender el televisor ni el ordenador. Y que me dejen en paz. No hay manera de escuchar otra cosa que no sea el verbo mentir conjugado todas las formas del presente de indicativo: que si mientes tú, que si miento yo, miente él, mentimos nosotros... BASTA. El domingo voy a ejercer mi derecho al voto sin más. Y que me quiten lo bailao, como a nuestra representante de Eurovisión, vaya.


Si la semana anterior a las elecciones ha estado a punto, con sus protestas y sus políticos, de provocarme una úlcera del tamaño de una catedral, el día de reflexión va a llevarme directamente al cementerio. A este paso voy a votar desde la tumba.



Y eso que las elecciones generales son el año que viene.


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