domingo, 25 de septiembre de 2011

Asuntos pendientes.

No le haría justicia a esta bitácora haber escrito una sola palabra en los últimos meses. Su cierre no hubiese trascendido lo más mínimo en mi entorno y, sinceramente, no me extrañaría.




De hecho, se habría hecho justicia. Abandoné este blog a su suerte, como quien se cansa de un juguete, y fui llenándolo, de un tiempo para acá, de desperdicios mentales (esto es, basura). Podríamos establecer el rigor mortis al comienzo de este año. O incluso antes. Este blog no es ni la sombra de lo que fue, y eso que nunca dejó de ser uno más entre una lista infinita de blogs en todo el mundo. Pero era mío y solo mío. Y como a casi todo lo que tengo le tengo aprecio, considero que no habría sido justo seguir descuidándolo.




Pero antes de darle el tiro de gracia, me paré un par de segundos. Me acordé de una frase de mi madre que solía pronunciar cada vez que se proponía restaurar un mueble: "Quizás con un poco de pintura..." Pero ni con un poco de pintura me habría servido. No. Quiero más.




Así que qué mejor que desarmarlo y volverlo a armar. Darle un buen lavado de cara no le viene mal. Hablar de otras cosas o resucitar temas que ya estaban muertos, tampoco. Quizás, incluso, empieze a meter algo de fotografía, no lo sé.




Mentiría si dijese que me hace ilusión volver a retomar el bloggerismo, pero sí que hay cierta curiosidad en ver por qué derroteros nos llevará todo esto.




Cruzo los dedos.

No hay comentarios: