sábado, 15 de agosto de 2009

Pequeñas cosas.



De esto va a estar hecho mi blog. De pequeñas y grandes cosas. Las pequeñas cosas solemos despreciarlas por carecer de importancia. Pero son las que hacen interesante el día a día. Lo cotidiano no es aburrido siempre, encierra también un encanto.
En Estados Unidos, lo cotidiano era fotografiar. Como tantos otros turistas, no podía dejar de disparar el flash allí por donde pasaba. Sencillo, pero la verdad es que me apasionaba plasmar cada sitio, retratar la realidad, congelar en el objetivo una parte de Nueva York.

Había miles de sitios que podía retratar con mi cámara: la estatua de la libertad, el Empire State, la Quinta Avenida, el puente de Brooklyn... sin embargo, no hace falta ver estos lugares para captar la mejor imagen. Lo más insignificante, lo más pequeño, puede ser la fotografía de tu vida. La cuestión es estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, observar y saber disparar rápido. No creo que sea la fotografía de mi vida. Ésta la hice con el móvil, pero me gusta igualmente. Hasta que pueda comprar la Nikkon, esto es lo que hay... ¿Tampoco está tan mal, no?

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