domingo, 20 de septiembre de 2009

Pequeño paraíso.


Hay sitios que para la mayoría no significan absolutamente nada. Pasamos de largo o simplemente son un vago recuerdo. Es normal, tenemos que dejar sitio para otras cosas en nuestra mente. Pero cuando realmente algún lugar te impresiona, lo recuerdas a la perfección. Cada rincón, cada metro, cada centímetro, cada milímetro del sitio, intentamos hacerlo nuestro.

Para mí hay un lugar así. Podría decirse que es una playa más, hay cientos de ellas en toda la costa. Pero tiene algo que no sabría describir. Cerca de allí, se encuentra un bar en el que sirven las mejores tapas que jamás he probado. Por su parte, la cala es de arena fina, con un islote que se une a tierra cuando baja la marea. Un pedregal de guijarros se extiende hacia oriente; se puede ver un pequeño arco de piedra a lo lejos.

Para que un sitio adquiera importancia, debe ser por lo que allí sucedió. Una gran noche, una anécdota curiosa, el mejor o el peor día de tu vida... Muchas cosas lo condicionan. También la belleza es un factor importante. En este caso, se combinan las dos. He ido pocas veces, pero las recuerdo todas. Esta playa es única.

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