domingo, 1 de noviembre de 2009

Personicidio ( o la muerte de la personalidad).



No sé por qué siempre he querido ayudar. Siempre tuve un poco de ese espíritu altruista. Incluso con la gente que no me cae especialmente bien, alguna que otra vez me compadecía y intentaba dar lo mejor de mí mismo. Pero no todo el mundo necesita, no todo el mundo la quiere y lo que es más, son pocos los que quieren ayudar hoy día.

Debe ser el virus del Ego, que cuando se te mete en la cabeza no hay manera de sacarlo. Hay demasiado infectado por ahí. Es una sociedad puramente consumista, superficial, carente de emociones y egoísta al cien por cien: la compasión está en vías de extinción. Quieres dar algo de tí: das la mano y te cogen el brazo. Qué asco.


Pero bueno... ¿qué esperabas? Un mundo que mide el valor de las personas por el precio de sus pantalones no podía ser de otra manera. Que les jodan a los niños del Congo, a los muertos del Tíbet y a los somalíes que pasan hambre. Si total, yo tengo mi portátil y mi iPhone. Para qué voy a molestarme. "No es mi problema", ésa es la frase. Papá nos trae el sueldo a casa y tengo suficiente con derrocharlo, dirán. Problema resuelto, vida (falsamente) resuelta. A veces pienso en qué momento dieron sepultura a señora Autenticidad y por qué no me invitarían a su funeral. A veces pienso cómo se puede tener tan poca personalidad como para hacer las cosas por moda y no por convinción. A veces pienso por qué no seré comunista, anárquico o algo por el estilo.

Con tanta superficialidad, tanta falsedad y tanta mierda, alguno acaba empachado. Luego se extraña alguno de que haya tantas visitas al psicólogo y tanta depresión. Luego se extraña alguno de que el día a día le sepa a poco y que tengan que hacer más locuras con tal de seguir con su ritmo de vida. Un ritmo de vida autodestructivo, así de claro.
Luego se extraña alguno de que yo quiera ser periodista. ¿Cómo no voy a querer serlo si es que no me puedo callar viendo estas cosas? Será que soy un bocazas o que mi manera de pensar está en vías de extinción. Pero sinceramente me da igual.



"Lo que des es lo único que tendrás siempre" ( Marcial)







P.D: aunque te tenga un asco visceral, te doy las gracias. Cada día te superas en subnormalidad y cada día me doy cuenta de que estoy más lejos de convertirme en alguien como tú. Gracias.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No es bueno tener odios viscerales.

Borja R. dijo...

quien dijo odio? odio y asco no son sinónimos, anónimo.

Anónimo dijo...

Tienes razón, no lo había leído bien. Puedes cambiar odio por asco, tampoco es bueno tener ascos viscerales. Y si es así, se lo habrás dicho a esa persona, ¿no? Porque si no, si que te callas la boca ante ciertas cosas.
Y por cierto, no hay que irse a miles de kilómetros para ver pobreza y personas a las que ayudar. A la vuelta de la esquina de tu calle quizá haya un vagabundo que no tenga para comer. ¿Qué haces tú por él? ¿O ante ese también te callas la boca?
PD.: Sigo siendo anónimo porque mi nombre no te diría nada. ¿O sí? Puede que sea la persona a la que tienes odio visceral. Espero que no. No creo...

Anónimo dijo...

Yo creo que un blog es el mejor sitio para desahogar sobre lo que sea. Buen trabajo!!!

Borja R. dijo...

1- No sé si te tengo un odio visceral o no, porque no tienes narices a poner el nombre. Y sí, a la persona que le tengo ese asco visceral lo sabe perfectamente. No me callo la boca como tú dices. Igual eres tú, pero claro no pones nombre...

2- Es MI blog y en MI blog escribo lo que me sale de los huevos. Así de claro. Si tienes algún problema con algo me lo dices a la cara, porque por comentarios no pienso hacerlo.

3- Es verdad que la pobreza está en todo el mundo, incluso a la vuelta de mi esquina (ya lo puse en otra entrada anterior). Y sí si ayudo siempre que puedo, doy ropa a caritas y más de una vez he dado dinero. No se si te conozco, porque no tienes huevos a poner el nombre. Pero como veo, tu no me conoces así que no hables sin saber ;)

Borja R. dijo...

(Y por cierto, se me olvidaba)
4- Asco, para mí y en este texto, significa indiferencia. Quizás lo haya escrito mal, pero... para mí esta bien, por algo soy el autor de este blog. Odio es demasiado, yo no odio a nadie, porque sería darle importancia a alguien despreciable.