sábado, 19 de junio de 2010

Hay algo importante que quiero decirte.

Me cuesta decir las cosas. Lo admito. Soy imposible e incomprensible hasta el infinito. Callado. Desconfiado. Un misterio que me gustaría descubrir, me dijeron una vez. Un misterio, ese soy yo. La vida me ha hecho así, los tortazos me moldearon el cerebro. No me entiendo ni yo. Y solo un número reducido de personas me ha llegado a conocer. El resto son suposiciones y habladurías.


Pero, sinceramente, ¿importa? ¿Importa algo? ¿Importa lo que diga la gente, lo que diga Fulano, lo que diga Mengano? Nadie puede leerme la mente. Nadie. Nadie puede tener una mínima idea de cómo pienso. De qué pienso. Nadie. Solo tú, en parte. Por eso sólo tú puedes.



Forzaré las cuerdas vocales. Lo haré. Obligaré a los dedos a teclearlo. Lo haré. Y no sabes lo que me cuesta, porque yo no soy un libro abierto, ni puedo serlo. Solo tú puedes conseguir que lo sea.



Te quiero y punto. Nada más. Nadie más.

No hay comentarios: