Intenté plasmar un círculo perfecto y me pasé de la raya. No pude. No me di cuenta, seguía sentado en el escritorio. Quise dibujar mi mapa expresivo y sólo conseguí deformarlo . No estaba bien hecho, me pasé en el trazado vital, creo que unos tres pueblos. Creí poder dibujar todos sus rasgos: ojos, nariz, boca... Hasta creí poder meter el movimiento. Al final nada de eso, solo fue la pata. Solo los grandes artistas pueden dedicarse a la tarea titánica de la perfección suprema y no crear churros bañados en pseudoesteticismo creativo de diccionario de tapas blandas.
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Como presunto dibujante de las letras, dejo mucho de qué desear. Ya me gustaría serlo y poder ponerme a la altura de los que sí lo son. Dicen por aquí que puede más el güellu qu'el butieyu. Amén. Es lo que tenemos los alumnos de Humanidades: no sabemos medir.
3 comentarios:
lo intentare graciass borjaa :) x cierto entradas excelentesss :D
No sabía que tenías blog borja :)
me pasaré a menudo
(K)
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